El río Pegnitz divide la ciudad en
dos zonas y éstas se unen a través del puente de los Carniceros. El casco
histórico está rodeado por una muralla y un foso que nunca ha tenido agua. Se
hizo famosa en el mundo por ser la sede del proceso contra los dirigentes nazis
después de la II Guerra Mundial. Hoy en día, en la ciudad quedan muchos signos
de este pasado nazi con el fin de no olvidar y que los hechos no se vuelvan a
repetir.