Como ya sabemos, en Venecia existe un fenómeno denominado «Acqua Alta» que ocurre cuando sube la marea y que provoca grandes inundaciones en la ciudad.

Para solucionar este problema se puso en marcha el proyecto «Mose», que recibe su nombre en honor a Moisés puesto que, literalmente, divide las aguas de la laguna veneciana.

El pasado 3 de octubre de 2020, el «Mose» consiguió evitar que la subida de la marea inundase la famosísima plaza de San Marcos, frenando la subida del agua a tan solo 70 centímetros. Esta primera prueba del proyecto arrojó grandes resultados, que irán mejorando hasta la implantación del proyecto completo que se augura esté terminado para diciembre de 2021.

Pero, ¿cómo funciona? Pues nada más y nada menos que a través de 78 compuertas mecánicas situadas en las 3 entradas de la laguna y ancladas a grandes bloques de hormigón. Estas compuertas se activan de forma remota a través de un software y, con sus 60 metros de largo, crean una barrera física entre la laguna y el mar.

El proyecto «Les Champs des Possibles» surge en 2018 cuando el comité Champs-Élysées invitó a PCA-STREAM a participar en un estudio para rediseñar la icónica avenida parisina de los Campos Elíseos. Un espacio histórico conocido por todos, con 8 km de extensión que recorre París desde el Louvre hasta el Gran Arco de La Défense.

Este proyecto realiza un riguroso análisis de la situación actual de los Campos Elíseos y propone nuevas perspectivas para 2030. Con el objetivo de mejorar la huella ecológica del espacio urbano, busca solucionar los problemas que presenta el espacio (aglomeraciones, exceso de tráfico, contaminación y consumo excesivos…). El proyecto pretende reencontrar a los parisinos con la avenida, actualmente transitada en su mayoría por turistas.

Para lograrlo PCA-STREAM propone un programa de diez años para el que contaría con un equipo de profesionales multidisciplinares (técnicos, creativos, arquitectos, investigadores…). El plan de acción propuesto consta de 4 vertientes:
1. Reducir el impacto de la movilidad urbana.
2. Repensar la naturaleza como ecosistema.
3. Inventar nuevos usos.
4. Utilizar datos.
A través de estas cuatro prioridades, pretenden modificar lo que llaman «hiper-lugar» y revitalizar el nombrado «hiper-vacío», actuando sobre la naturaleza, la infraestructura, la movilidad, los usos y el entorno construido.

Es decir, se reducirán las molestias que ocasiona el espacio (ruido, calor, tráfico de coches…) y se mejorará el confort del área (calidad del aire, espacios devueltos a los peatones…). Todo esto reinventando el entorno como una plaza pública con espacios para descansos, con un suelo unificado y con disminución de carriles de tráfico. Con un paseo intermedio y numerosos kioscos de restauración. Con jardines con áreas de servicio orientadas a la gastronomía, los deportes, el bienestar, las artes y las ciencias y áreas de juego para familias y niños. Y con una ampliada gama de plantas para aumentar la biodiversidad y aportar sombra a los peatones. De hecho, gracias a los nuevos caminos y el revestimiento de la carretera, los jardines podrían extenderse hasta el Sena.

Sin duda, es un proyecto ambicioso que, como bien indica su título, proporciona infinidad de posibilidades para este entorno tan representativo de París.

Como ya todos sabemos, tras el triste incendio que sufrió nuestra querida Catedral de Notre Dame de París el 15 de abril de 2019, se abrió la posibilidad de lo que seguramente será el mayor proyecto de reconstrucción arquitectónico del siglo XXI.

El fatídico incendio nos dejó una gran pérdida del patrimonio arquitectónico de la catedral, destruyendo sobre todo la aguja y la cúpula. Son muchísimos los estudios de arquitectura y diseño que han planteado propuestas para la reconstrucción del monumento. Es por eso que hemos pensado que en este post sobre grandes proyectos europeos de arquitectura, no podía faltar dedicar un espacio a la reconstrucción de Notre Dame.

Su restauración, que ha suscitado innumerables polémicas y discusiones, se comenzó sin un presupuesto estipulado y se ha estimado que durará 5 años. Concretamente y si todo sale bien, la Catedral volverá a abrir sus puertas al culto el 15 de abril de 2024. Fecha del quinto aniversario del incendio y tres meses antes de la realización de los juegos olímpicos de París. Aunque, por supuesto, aún queda mucho trabajo por delante para saber si finalmente será posible hacerlo.

Finalmente la catedral será restaurada fiel a su estado antes del incendio. Tanto es así que se respetarán incluso los materiales utilizados en su anterior construcción. La aguja será restaurada como una réplica idéntica de la anterior, diseñada por el arquitecto Viollet-le-Duc en el siglo XIX.

Sin embargo, este es un proceso lento y dificultoso. De hecho, se han necesitado casi seis me­ses para retirar las 40.000 pie­zas (de 200 toneladas en total) que constituían el an­da­mio instalado antes del incendio para restaurar la aguja. Andamio que quedó soldado a causa de las llamas y cuya retirada ha provocado un trabajo de gran riesgo. Pero que, una vez conseguido, ha marcado una gran etapa para el inicio de las obras.